Introducción
Una persona puede tener un funcionamiento cerebral muy rápido pero si no tiene nada importante almacenado en su memoria pasará como un ignorante y fácilmente será considerado torpe. Y es que la rapidez con que se responde a las situaciones o problemas es directamente proporcional a la calidad y cantidad de información almacenada en nuestra memoria. Además, es lo que reflejamos como inteligencia.

Figura 1. En ausencia de la dirección a dónde ir,
se requiere de avisos en A. Estos avisos servirán de memoria auxiliar o artificial. Si están, no necesitamos guardarlos en nuestra memoria
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(Capitulo 1)
¿Cómo almacenamos información en nuestra memoria?
Estudiando es una manera, pero una cosa es guardar datos sin ningún significado y, otra es dudar, analizar, confrontar,… y comparar antes de guardarlos en la memoria. Es decir, la inteligencia se cultiva, depende de la memoria y del orden o forma que se guardan los datos. Cuando se presenta un problema, el cerebro busca en su interior toda la información almacenada, la relaciona, la compara y la ordena en la secuencia apropiada para dar la solución. ¿Qué pasa, en caso de no tener nada en nuestra memoria relacionado con el problema planteado? Antes, acudíamos a los libros o cuadernos (memoria auxiliar o artificial) para, con el mismo procedimiento del cerebro, obtener la solución.
La memoria artificial es tan antigua como el hombre
Así que podríamos pararnos en cualquier parte de la historia del hombre y comenzar a hablar de inteligencia artificial. Y comprobar que siempre ha dependido del desarrollo de la memoria artificial. Recuerdo que en el desarrollo de los microprocesadores (cerebros artificiales), llegó un momento que estos, tenían que generar ciclos de esperas para poder adaptarse a las memorias que eran de un acceso más lento. En ese tiempo, la velocidad de respuestas de los CPU (Central Processing Unit) estaba limitada por estas memorias. También, la incapacidad de construir memorias artificiales en pequeños tamaños y con bajo consumo de energía, limitaba la rapidez de respuesta y capacidad de decisión a estos pequeños cerebros artificiales (CPU). Sin embargo, un hombre en libertad, no tiene límites, para bien o para mal, hoy nos encontramos con una evolución enorme de la memoria artificial, tanto en tiempo de acceso como en capacidad. Nos encontramos con máquinas que traen incorporadas dos o más CPU, trabajando y compartiendo junto la misma memoria. Imagínese dos o más cerebros humanos «realmente» unidos trabajando juntos con aquella suma de memoria. Por supuesto, así como la memoria ha evolucionado, también los CPU (cerebros artificiales) lo han hecho.
La primera computadora era del tamaño de un edificio; hoy, con una mano, podemos agarrar dos o más.
Hace años les dije a unos alumnos, dentro de poco no van a necesitar ni de profesores ni de médicos. Bastará, conectarse, a través de un brazalete a una máquina de estas, decirle quiero saber de historia griega y activar un pulsador para, en cuestiones de segundo, tener en la memoria toda esa información. Y si tienes una enfermedad, al conectarte a la máquina, automáticamente dejarás de comer aquellos alimentos que te provocan la enfermedad, comerás los alimentos que te ayudan y harás los trabajos o ejercicios que te ayuden a combatir la enfermedad. Ni siquiera podrás dudar ni negarte; será una orden que bajará directamente de tú cerebro. Los vicios se resolverán con tan solo conectarse a la máquina. Los gustos que llegan a transformarse en vicios son guardados en una zona especial de memoria del cerebro, parecida a una memoria dinámica que interrumpe a cada cierto tiempo y nos obliga a atender el gusto que se ha convertido en vicio. Lo horroroso de todo esto, es todo lo que sirve para el bien, también sirve para el mal. Imagínense a un tirano con una máquina de estas, nos pondrá a todos de rodillas, desnudos y riéndonos de todo lo que nos haga.
Otros peligros de todo esto es que los hombres dejen de pensar, al dejar que la máquina resuelva hasta los problemas más insignificantes. Nuestra memoria, al no usarla se inhabilitará, terminaremos si poder usar la máquina porque se nos olvidó. Hay que tener cuidado con lo demasiado bueno; puede terminar demasiado malo.
No debemos permitir que lo muy bueno, muy bello,… nos perturbe ni nuble el pensamiento, porque siempre, detrás hay algo malo oculto. Podemos terminar como zombis. Hay que usar las cosas, no que las cosas lo usen a uno.
1. Primeros pasos para convertirte en Nómada Digital y disfrutarlo
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